Pintura al óleo, “El Violinista”

Artículo temporal. Ver la referencia al final.

La escena es preciosa y tiene su punto de ternura en ese contraste entre la persona mayor y el niño que presta como ves una especial atención al manejo del violín por parte del primero; de forma tan entusiasmada que se diría está a punto de intervenir activamente en el manejo del instrumento musical.

Dejando aparte el análisis de la escena, en lo artístico tienes que fijarte en la lección magistral sobre el uso de los colores, el cálculo meticuloso y acertado tanto del encuadre como de la composición, sin dejar de mencionar la acertada elección en la armonía del conjunto…Todo está calculado de una forma precisa en esta obra.

1ª Sesión

En este caso se trata de un lienzo sobre bastidor de 41 x 33 cm.

Como siempre parto de un boceto, más o menos elaborado, donde trato de encajar todos los elementos que componen el cuadro, las miradas de los personajes y las principales zonas de sombras y luces.

Una vez realizado el boceto, revisado y vuelto a revisar, paso al proceso de manchado del lienzo.

Para ello, utilizo pintura muy diluida con la que defino las formas, y pruebo las combinaciones de colores que más se aproximen a mi intención final.
Este proceso de manchado no requiere demasiado detalle, sino tratar las formas de manera más global, señalar las luces y sombras y definir las zonas de color.

En todo este proceso he invertido unas 3 o 4 horas aproximadamente.

2ª Sesión

Como siempre, empiezo a definir el fondo utilizando para ellos colores agrisados y con poco contraste entre ellos para conseguir la sensación de profundidad. Me he decantado por utilizar en general tonos fríos para el fondo y elementos decorativos, para provocar la sensación de frío, incrementada por el vesturio de los dos personajes principales. Además, al utilizar colores fríos para el fondo, no resto protagonismo a los dos personajes principales y conseguimos centrar la atención en ellos.

Como se puede apreciar, el fondo come en parte los objetos que están por delantes, esto es algo que hago de forma habitual, para evitar que queden bordes o espacios en blanco entre los elementos que componen el cuadro.

En total han sido un par de horas de trabajo más o menos.

3ª Sesión

Como se puede apreciar, he terminado el fondo que había empezado en la sesión anterior utilizando para ello tonos fríos con tendencia al azul; precisamente para evitar esa tonalidad predominantemente azul, muy propia de las ciudades, he decidido dar un tono algo más cálido a la acera con el fin de romper esa predominancia.

Tras terminar el fondo, al que no he querido dar demasiado detalle para no distraer la atención de los personajes principales, pasé a pintar los bancos, también con tonos marrones con cierta tendencia gris y el abrigo del individuo sentado al fondo. Este último ha sido pintado con un tono verde, agrisado por el uso del ocre y el blanco para darle un tono frío.

En último lugar he pintado lo poco que se ve del banco del violinista y la papelera que está tras él.

En la próxima sesión llega lo interesante….los personajes.

4ª Sesión

Empiezo por el violinista por tratarse de la figura central del cuadro. Mi intención es darle un aspecto afable, cálido, que inspire cierta confianza. Empiezo como suele ser habitual por la cara. Para las carnaciones utilizo tonos rosáceos con zonas más coloradas, para crear un tono de piel acorde con el tiempo.

A pesar de que en el boceto inicial lo había dibujado con los ojos abiertos, decido a última hora cerrárselos, para darle un aspecto más agradable y relajado. Tras acabar la cara, decido dejar el cuadro descansar para darme unas horas y volver a revisar lo hecho hasta ahora.

5ª Sesión

En esta ocasión, por falta de tiempo solo puedo dedicar poco más de una hora, así que lo dediqué por completo al trabajo del abrigo, en el que predominan tonos cálidos, tierras y marrones.

Todo el conjunto de arrugas y pliegues fue hecho de una sóla vez, empezando por los tonos más oscuros y subiendo poco a poco con tonos más claros hasta llegasr al punto de máxima luz.

6ª Sesión

Una vez acabado el abrigo paso a pintar el violín, que a fin de cuentas es el centro del cuadro, para ello como se puede apreciar, he escogido un tono marrón con bastante rojo para obtener ese color tan característico de los violines. De igual forma aplico los brillos típicos de la madera pulida y barnizada.

Una vez terminado con el violín paso al niño. Empiezo por la cara a la que le aplico tonos rosas muy pálidos con sensación de frío; también le pinto los ojos azules con el fin de darle una mayor sensación de inocencia. Al no decidirme por el gesto de la boca, decido dejarla para la siguiente sensación, puesto que ese día no conseguia la boca que buscaba.

El tono más vivo lo tiene el gorro, con lo que consigo romper un poco tanto color frío.

7ª Sesión

Y última….termino la boca del niño (hoy parece que tengo el día más inspirado) y hago el abrigo con varios tonos de verdes. Ultimo detalles como alguna luz o brillos y doy por finalizado el cuadro. En total una semana de trabajo.

Espero que os guste el resultado.

Artículo original extraído de la web www.deseoaprender.com y realizado por Luis Serrano.